La mañana en Puigmoreno fue terrible. Un calor bochornoso que superaba con creces los 35 grados y poco, muy poco viento que lo hiciera más soportable (apenas una leve brisa en la zona de meta). De hecho, los organizadores dieron una muestra enorme de profesionalidad al soportar estóicamente las elevadas temperaturas colocándose simplemente bajo la escasa sombra que les daba el arco hinchable de llegada a meta (en esta ocasión, además, hay que mencionar al concejal de deportes de Alcañiz, Raúl Andreu, que soportó la calurosa mañana a pie de meta).
La carrera para los niveles de iniciación parecía concebida para que no se inicie nadie en este deporte: el paraje no es nada adecuado ya que, en estas épocas del año siempre hace un calor agobiante, aunque en esta ocasión fuera más terrible de lo habitual; la salida no se dio desde lo alto, como se hizo en las otras carreras, para evitar la primera bajada (muy peligrosa) y comenzó directamente con una salida en cuesta arriba que en la categoría chupete se saldó con un comienzo accidentado y nada limpio del que salió beneficiado quien se libró de él; finalmente, el recorrido se mostró muy poco apropiado para los pequeños que, al llegar a la zona de la balsa veían cómo debían colocarse en fila de a uno sin posibilidad no sólo de adelantar sino incluso de salir bien librados del recorrido ya que unos matojos de pinchos que habían crecido en lo que podría haber sido el recorrido obligaban a los corredores a intentar circular por una ladera en pendiente y cubierta de pajas resbaladizas que provocaron varias caídas.
En lo referente a la carrera de Promesas, ésta se realizó en conjunto con la de Principiantes y José salió muy bien colocándose pronto entre las primeras unidades pero, al alcanzar la zona de la balsa, el corredor que iba delante suyo se paró en seco al llegar al terraplén nombrado antes y provocó que José cayera (más bien tropezara), con la mala fortuna que se quedó caído justo en el paso y los de delante se escaparan. Para colmo de males, se le salió la cadena y perdió un valioso tiempo que a la postre iba a resultar irrecuperable. En la segunda vuelta, los organizadores debieron darse cuenta (por fin) de lo malo que era el recorrido por esa zona de la balsa y desviaron a los corredores por el campo que había al lado y evitaron que volvieran a producirse los atascos. Aún así, algún corredor se metió en la zona de pinchos sin darse cuenta y David Sanz vio como su cadena se salía también. por su parte José Lasala que iba recuperando puestos a toda velocidad (cosa meritoria, ya que los corredores a los que adelantaba eran de una categoría superior) tuvo otro golpe de mala fortuna y se le volvió a salir la cadena muy cerca de donde había tenido la avería David. El gran beneficiado de todo ello fue César Navarro que, al tener la suerte de no padecer ninguna avería, pudo competir a gusto y que salió de la zona de la balsa a toda velocidad y en disputada lucha finalizó en segundo puesto. David fue tercero y José, cuarto. Eva Civera, por su parte, acabó en quinta posición esta carrera y al puntuar en todas las carreras subió al podium del campeonato.
La clasificación final del campeonato no oficial (porque creo que hubo un error en el cómputo de puntos) es la siguiente: José Lasala Martín (144 puntos), Eva Civera Royo (130 puntos) y César Navarro Ramo (115 puntos).
En el enlace, las fotos de la carrera de Promesas y todos los podiums que se entregaron en la piscina de Puigmoreno: